En muchas ocasiones, la impresión personal que generemos en los primeros segundos hace la diferencia, en especial en el mundo de las ventas. Son esas sensaciones rápidas y poderosas que brindan información a nuestro cerebro de manera intuitiva, las que muchas veces tienen más importancia que la parte consciente, como el contenido de las respuestas que brindemos.

Continuando con mi post anterior sobre Cómo triunfar en tu próxima entrevista de trabajo en 7 pasos en esta ocasión desarrollaré el punto número dos: la primera impresión cuenta en tu entrevista de trabajo.

Imagínate cuando te presentan a una persona por primera vez, a alguien que no conocías anteriormente, durante los primeros minutos en que compartes palabras con ella, cuando la escuchas y observas, tus sentidos te transmitirán una sensación, ese sentir que experimentarás como respuesta a la información recibida, y una percepción, aquella interpretación sobre la base de esas sensaciones y experiencias sensoriales recibidas.

Algo similar ocurre cuando te reúnes con una persona del departamento de selección de una empresa o la consultora de selección, desde el primer instante estas causando una impresión sobre ti, sobre cómo eres y sobre tu comportamiento.  De pequeños detalles, el seleccionador puede obtener información y en el transcurrir de la entrevista se irá formando una opinión que se traducirá en conclusiones, basadas en tu apariencia, tu trato, tus gestos, tu postura, tu lenguaje, la coherencia entre tu lenguaje corporal y tu discurso, entre otros detalles.

Efectivamente, la impresión que causes va más allá del vestir, del trato cordial y de las respuestas que brindes.  Comentaré alguno de estos.

– Respeto e interés: Llegar puntual a la cita puede indicar respeto por el tiempo de la otra persona, organización y planificación.  Y ¿qué pasa si no puedes asistir a la cita por un imprevisto?  Si llamas a avisar, demostrarás interés y respeto.  El respeto también se manifiesta en tolerar puntos de vista y formas de pensar diferentes.

– Vestimenta: Vístete para la ocasión, de preferencia con ropa formal, de esta manera darás a entender que te estas tomando en serio el trabajo y guardas los códigos para este tipo de reunión.  Si por algún motivo no te es posible asistir con ropa formal, por ejemplo porque vas directo de tu centro de labores y trabajas en planta, informa cuál es tu circunstancia, de tal manera que el entrevistador lo sepa de antemano, así evitarás juicios anticipados en su primera observación.

– Apariencia: Cuida tu aspecto, luce un aspecto fresco, usa ropa limpia, planchada y en buen estado, zapatos limpios y lustrados, cara sin brillos, manos y uñas limpias, cara afeitada si eres hombre, aliento fresco.  Recuerda que el entrevistador está observando cada detalle y sus sentidos estarán alertas, no sólo la vista y el auditivo, también el olfato, lo que ayudará en la elaboración de la percepción sobre tu persona.

– Nerviosismo: Si por alguna razón empiezas a transpirar, sea porque estás nervioso, sientes calor o alguna otra razón, asegúrate de llevar un pañuelo de tela o de papel para la ocasión.

– Lenguaje no verbal: La postura corporal da información sobre tu estado de ánimo y cómo te sientes contigo mismo y hacia los demás.   Mantén una postura erguida (ni rígida ni relajada), que denote confianza y seguridad en ti mismo, con expresión facial amable y una sonrisa inicial, acompañado de un trato cordial antes, durante y después de la entrevista.

– Saludo: Saluda de manera formal dando firmemente la mano, mantén el contacto visual la mayor parte del tiempo, así mostrarás interés y generarás confianza.

Espero este post te ayude a prepararte mejor para una próxima entrevista de trabajo.

Si desea mejorar el rendimiento comercial de su empresa o potenciar las habilidades de su equipo de ventas, contáctenos, estamos a su disposición. 

Publicado por Rocío Miranda  en blog  Tu Empleabilidad 

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